¿Quién es un paciente geriátrico?

¿Necesito a un Geriatra?

 

Suele surgir la duda. ¿Cuando una persona mayor es un paciente geriátrico?

Consideramos que va a depender mucho de las necesiddaes de cada paciente. No hay una edad concreta. Tendemos a relacionarlo sobre todo con la funcionalidad física, cognitiva, emocional y social de la persona.

¿Ha disminuido su funcionalidad física? Es decir sus habilidades para realizar tareas que antes se consideraban normales y las realizaba sin dificultad, por ejemplo, hacer la compra, cocinar, salir de casa, hacer el ase doméstcio o el aseo personal, caminar, ... O, por ejemplo, ¿noto que cada vez tengo más problemas memoria? y estos llegan a dificultarme las tareas diarias. ¿Me encuentro más triste o aislado?, ¿quiero salir menos de casa?

 

Quizá si respondes con un sí a más de dos de estas preguntas una visita al geriatra pueda serte de utilidad

¿Qué enfermedades atiende un Geriatra?

 

Se atiende cualquier enfermedad que afecte a una persona mayor. Pero lo más importante es que lo hacemos de modo integral.

 

No atenderemos solo su hipertensión, su diabetes, su elevado colesterol, sus problemas articulares y de hueso, sus problemas de perdida de memoria, sus escapes urinarios, su fatiga, sus caídas etc. si no que lo haremos de un modo integral.

 

Vemos al paciente como a un todo y no a pedacitos que diferentes especialistas van viendo ocupándose solo del trocito qu e a él le corresponde. Al paciente le coresponden TODOS los trocitos.


¿Es importante revisar el tratamiento periodicamente?

Son inmumerables las enfermedades y problemas que aparecen en los pacientes mayores derivados de la cantidad de fármacos que ingieren.

 

Es fundamental revisar con regularidad la medicación COMPLETA que la paciente toma, ya que es frecuente que múltiples especialistas añadan diversos fármacos y no se hayan tenido en cuenta las intearcciones que tienen entre sí.

 

Además las personas mayores precisan de una adecuación de las dosis de los diferentes medicamentos para evitar los frecuentes efectos adversos